miércoles, 31 de julio de 2013

Por treinta y dos razones

 1. Por tus piernas
2. Por tus ojos
3. Por tu timidez
4. Por tu prudencia
5. Por tus mails
6. Por tu inteligencia
7. Por tu sensibilidad
8. Por tu mirada
9. Por tus ganas de aprender y estudiar
10. Por animarme, por ser mi inspiración
11. Por hacer que redescubra mi espiritualidad
12. Por tus cuidados y mimos
13. Por tu sencillez
14. Por ser detallista
15. Por admirar mi arte culinario (todo un detalle)
16. Por los días AA (que deseo que sean así el resto de nuestras vidas)
17. Porque me siento orgulloso de ti.
18. Por exigirme ser mejor
19. Por tu habilidad para las manualidades
20. Por escucharme cuando te leo
21. Por hacerme caminar, hacer pateos, por los paseos en bici, por los picnic de excursionista
22. Por esos sitios que irremediablemente serán tuyos y míos para siempre
23. Por pensar en nosotros, en los tres.
24. Por ser mi compañera de Camino
25. Por tu sonrisa
26. Por tus lágrimas al reir descontroladamente
27. Por intentar convencerme de que baile
28. Por el cepillo de dientes azul
29. Por tu carácter, indomable.
30. Por  tu fe
31. Por robarme el único corazón que tengo
32. Por esos desayunos de fin de semana que jamás comprenderé que te gusten
.........

Treinta y dos razones, aunque son muchas más, las que me obligan a no darme por vencido.

Yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido

(Luis Fonsi - No me doy por vencido - 2009 -  Palabras del Silencio)




"No tengo fuerzas para rendirme", es lo que más me repito cada día, cada mañana cuando me levanto, y cada noche cuando me acuesto, por esas 32 razones y por muchas más.


Feliz cumpleaños!!!



domingo, 28 de julio de 2013

El castillo

Adicto a tus mails, detective de tus gustos, espía de tu forma de ser, curioso de tu día a día, psicólogo de mi estado de ánimo, ilusionado de ti... cocinero, fontanero, pintor, senderista...

Inspiración serena, motivación pacífica, pasión amorosa, ilusión perenne, esperanza soñada, caracter indomable... 

Nunca, al menos que yo recuerde, en la edad adulta (despúes de los 12-13 años), le llegué a decir a mi padre lo que lo quería, hasta que ya fue tarde. Ignoro si en ese instante en el que el alma abandona el cuerpo es capaz de observarnos y contemplar desde más arriba lo que sucede, escuchar lo que le decimos. 
A pesar de las noches en vela, custodio de su descanso, temeroso de las horas venideras, de las conversaciones intranscendentes, en ningún momento reuní el valor para expresarle en voz alta, lo que era evidente que ambos sabíamos, no solo que nos queríamos, a pesar de nuestros roces y del enorme respeto que le tenía, rallando en ocasiones el temor, infundado e ilusiorio por mi parte, pero era así, sino también sobre cual sería el desenlace de su enfermedad. Cobardía, falsas ilusiones en que se recuperara, temor... falsa idea de que lo mejor era no hablarlo abiertamente, creyendo que el silencio haría de lo inevitable algo evitable.

Llegué tarde y lo único que pude decir mientras lo abrazaba, por encima del dolor, venciendo la vergüenza que durante años me lo había impedido, fue que le quería. Una obviedad entre un padre y su hijo, pero, ¿cuántas veces damos por obvias las cosas y no las decimos o comentamos? Ejemplo de miedos absurdos, que se quedan clavados en el corazón para siempre.

No es difícil, querer a alguien también implica decírselo, no basta con darlo por hecho, hay que vencer los miedos, las vergüenzas, en ocasiones ir contra lo que digan los demás o puedan pensar... Sí, te quiero.

A pesar de esa experiencia, tardé en asumirlo, en interiorizar que los sentimientos no deben encerrarse bajo siete candados, que no se deben dar por obvias muchas cosas, que la vergüenza o el miedo al que dirán no importan cuando quieres a alguien, pues la sensación liberadora que experimentas lo compensa con creces.

Tuvo que ser mi paternidad la que desató en mi esa necesidad de escuchar a mi corazón, usando la cabeza, sí, pero sometiendo a ambos a una lucha titánica cuando hay que tomar algunas decisiones, corazón y cabeza, sentimientos y razón, ¿a quién hacer caso?

La razón querrá imponerse, nuestro sentido común nos lo aconsejaría, nuestros familiares y amigos lo verían "razonable". Parece lógico creer que lo que nuestra cabeza decide, nuestro corazón lo asumirá sin rechistar, sin sufrir, y estamos equivocados. Decidir con la cabeza en contra de lo que sentimos, será un proceso doloroso, y como toda decisión, supondrá unos pros y unos contras.

A mi me puede el corazón, me es más fácil convencerme de que hice lo correcto cuando la decisión ha sido tomada con el corazón en la mano, mi planteamiento mental, lógico, asume que cuando pones el corazón, podrá salir mejor o peor, pero no conllevará lamentaciones. Si eligiese con la cabeza supondría una duda constante a lo largo de mi vida... si hubiese hecho aquello que me apetecía, o que sentía que tenía que hacer, si hubiese confiado en ese sentido extra, si hubiese sido valiente, si hubiese omitido la vergüenza, si hubiese pensado menos... hoy no me lamentaría por llegar tarde a decirle a mi padre lo que significaba para mi.

Y aquí me hayo yo, expresando estas intimidades, liberándome. Usando mi corazón para llegar al tuyo, para derribar las piedras de ese castillo en el que te encuentras, protegida por foso, murallas, dragones, y un séquito de soldados bien armados... y la razón me diría que diera la vuelta, que huyese, que hay más reinos que descubrir... pero no puedo, algo me empuja hacia adelante, aunque sea un suicidio, pero no puedo ir en su contra, he de hacerlo, y si caigo al foso, nadaré hasta la orilla; si caigo mientras subo las murallas, volveré a intentarlo; si el dragón quiere imponer su tamaño y su fuerza, buscaré vencerlo con sigilo e inteligencia; y si hay soldados custodiándote, los sortearé e intentaré llegar hasta tu presencia.
Y si no lo logro, al menos podré decir que puse mi corazón en ello. Lo prefiero a vivir convenciéndome a diario que actué con la cabeza, que me ahorré caer al foso o de la muralla, que evité enfrentarme al dragón y a los soldados... pero que por ello no llegué a ti.

sábado, 27 de julio de 2013

El piano


Un piano posee 88 teclas, 52 blancas y 36 negras. Los que somos analfabetos musicales quizás ignorábamos ese detalle, aunque seguramente no había escapado a nuestra percepción que los pianos poseían esos dos tipos de teclas.


Hace meses descubrí a un compositor contemporáneo, cuyas obras me acompañan casi a diario, parte de la terapia reflexiva que he adoptado, y también como banda sonora de este blog, su música me ayuda a que las palabras fluyan mejor, escribo, escribo y escribo y no soy escritor, pero esta "declaración de objetivos" surge, como ya he comentado anteriormente, de un nuevo yo, rescatado y en proceso de recuperación, y los pensamientos y sentimientos que aquí expreso, lejos de avergonzarme, hacen que me sienta orgulloso de lograrlo, hacen que me libere, y que a la vez sea consciente de muchas cosas al manifestarlas por este medio. 



Música de piano, alegre y nostálgica a la vez, combinación de colores, quizás de estados de ánimo, blancas y negras, combinación final en una composición que nos transporta, que nos coge de la mano y nos adentra en lo más profundo de la emotividad, cerrar los ojos y visualizar todo aquello que nos importa, viajar a donde nos proyecte de forma libre, sin ataduras, sin miedos...

Cuando escucho el piano, no puedo, ahora sabiendo el número de teclas de cada color, dejar de pensar que combinando blancas y negras se produce un resultado final que puede afectar a todos los estados de ánimo, y que sin duda tiene como resultado una obra de arte.

Quizás el balance de la vida se resume en un teclado de un piano... momentos "blancos" y momentos "negros", pero que sin duda, ambos hacen de la experiencia vital una gran composición, y eso logra que entendamos que los momentos "blancos" son más que los "negros", que se necesita de ambos para lograr el resultado, que hay que asumirlo, vencer los miedos, y aunque los acordes anteriores fueran desgarradores, los siguientes pueden enaltecer nuestro espíritu y nuestro ánimo.

Los miedos... ¿quién no los tiene? 

Atreverse con una melodía de blancos y negros necesita de valor, del coraje suficiente para sentarnos delante del piano, y dejar que la música nazca de nuestras manos, de nuestra cabeza, pero sobre todo, de nuestro corazón. No hay miedo ni dificultades que valgan, es encontrar la inspiración y la fuerza, es buscar en nuestro interior y ver las notas musicales ahí, claras y nítidas, esperando ser empleadas para deleitarnos con la felicidad y el orgullo de una obra sublime, y cuyos compositores somos tu y yo.

PD. Perder los miedos... ahora lo se.

viernes, 26 de julio de 2013

Cuaderno de bitácora

seguir la ruta correcta

Cuaderno de bitácora... han transcurrido 194 días desde nuestra partida. En estos últimos días las nubes de tormenta parecen darnos un respiro, el mar ya no embiste nuestra embarcación de forma tan violenta, y aunque sigue estando gris, y las olas aún inúndan la cubierta, hay señales que indican que todo puede mejorar. 

Al iniciar este viaje me receté tiempo, abstinencia y soledad, pero también ilusión, esperanza y confianza.

La medida del tiempo es algo que, aunque fácil de medir, es difícil de precisar. Hay días que se antojan eternos, en los que las labores de mantenimiento y los trabajos diarios no son lo suficientemente absorbentes como para que las horas pasen inadvertidas... cada mirada al cielo, ubicando la posición solar, provoca desesperación y desasosiego, pues el tiempo pasa muy lentamente, y eso implica que me acerco a buen puerto igual de lentamente.

La abstinencia y la soledad me han ayudado a discernir mejor los motivos por lo que me veo embarcado en estos momentos; las causas y los errores que hicieron de mi, un marinero no vocacional. Descubrir el origen de las cosas nos da una visión más amplia de los objetivos que queremos alcanzar, de lo que estamos dispuesto a hacer para lograrlo y disfrutar cada minuto de los regalos que se nos han dado. Encontrarnos en la soledad ayuda para abonar todo aquello que estaremos dispuestos a aportar al llegar a tierra firme y retomar el Camino.

no perderé el norte
También me ha ayudado a interpretar mejor la brújula de mi vida, a no perder el norte absurdamente, a leer correctamente los mapas y a no desviarme de la ruta por caprichos absurdos.


La ilusión me anima cada día a rellenar estas líneas, a encontrar en mis sueños la inspiración necesaria para expresar por escrito todo lo que experimento y siento, y gracias a esta válvula de escape, libero mi alma de la opresión de la distancia, mitigo el dolor de la incomunicación.

Confío y tengo esperanzas de llegar cuanto antes a destino, poder atracar en el puerto que añoro y que hace ya meses dejé de vislumbrar, aunque siempre me ha acompañado. La esperanza hace de cada jornada, una jornada menos para llegar a casa, hace de cualquier señal un asidero vital para sobrevivir en esta travesía... 

Confío en que el tiempo siga mejorando, que las señales sean cada días más claras, que la distancia se vaya acortando, en retomar el Camino con la misma ilusión, y aunque sé que estará lleno de pruebas y de dificultades soy consciente y asumo plenamente el reto, el premio que lograré lo merece con creces.


Lo importante tras estos días en la mar, dónde el naufragio ha rondado varias veces, es que seguimos a flote, con mucho que reparar en las estructuras del navío, pero que con buenos carpinteros y con algo de tiempo se logrará dejar reparado, y como siempre, aprovechando reparaciones, mejoraremos muchas más cosas, con lo que este barco que nos cobija será mejor, soportará mejor las inclemencias del tiempo y de la vida... garantizado.

 Un peregrino en la mar



miércoles, 24 de julio de 2013

Llegar lejos


25 de julio, imposible no acordarse del Apóstol Santiago, en este su día, y menos escribiendo un blog cuya inspiración proviene del Camino Xacobeo, puede que a algunos les parezca una pesadez y hasta una cierta obsesión con esto, pero siendo honestos he de reconocer que la experiencia me cambió la vida, la reorientó y ayudó, junto con la ayuda y presencia de mi compañera de viaje, de Camino, a que volviera a encontrar aspectos de mi personalidad y persona que hacía tiempo habían quedado sepultados. Todos tenemos miedos y heridas, yo tenía mis miedos y heridas, y aún quedan cicatrices, y esas malas experiencias hicieron que bajara a un infierno no deseable, a situaciones y momentos dolorosos y por consiguiente no deseables de repetir, e hicieron de mi alguien desconfiado y prudente en cuanto sentimientos, en cuanto hablar de ellos, me alejaron de mi parte trascendental y espiritual.

Tu presencia en mi vida y luego el Camino han ayudado a que esto cambiara. Lo agradezco una vez más.


La promesa al Apóstol, era volver a hacer el Camino, hoy la recuerdo y creo que puedo decir que la cumpliré, lo que ignoro es si la promesa podré cumplirla en su totalidad o tendré que faltar a una parte de ella (confío en que no).


Recordar la promesa implica reflexionar sobre hacer el Camino en compañía.


¿En base a qué elegimos a nuestros compañeros de Camino?



Afrontar las etapas del Camino cuando no vas solo requiere esfuerzos, sacrificios, programación conjunta, coordinación, compañía, adaptarse a los ritmos de cada uno, encontrar el paso exacto para poder avanzar hombro con hombro, y no es fácil, pues las cargas de cada uno varían, las heridas condicionan, las fuerzas no siempre son iguales, o simplemente no nos ponemos de acuerdo para avanzar al mismo ritmo.


He de reconocer que a pesar de que considero la Paciencia como una de mis virtudes, hay ocasiones que soy incapaz de sacarla en los momentos más necesarios. Aún así soy paciente por naturaleza, adapto mis pasos a mis compañeros de Camino, intento adaptarme a su ritmo, y en ocasiones dejo que avancen unos metros para poder alcanzarlos luego. Y cuando soy yo quien me adelanto, recibo el aviso de esperar, de no alejarme en exceso, y encantado siempre espero. Es lo que tiene ir en compañía... "Si quieres ir rápido, camina solo. Si quieres ir lejos, camina acompañado."

Yo quiero ir lejos, sin ninguna duda.

sé mi ángel - acompáñame en mi Camino


Para hacer funcionar a las estrellas es necesario apretar el botón azul.

Las rosas están insoportables en el florero.

¿Por qué me levanto a las tres de la mañana mientras todos duermen? ¿Mi corazón sonámbulo se pone a andar sobre las azoteas detectando los crímenes, investigando el amor?

Tengo todas las páginas para escribir, tengo el silencio, la soledad, el amoroso insomnio; pero sólo hay temblores subterráneos, hojas de angustia que aplasta una serpiente en sombra. No hay nada que decir: es el presagio, sólo el presagio de nuestro nacimiento.

(Jaime Sabines)

PD. Aunque ignores la medida del tiempo... sé paciente. (En primera persona)

martes, 23 de julio de 2013

La rendija


"El pasillo, estrecho y completamente a oscuras ejerce una presión brutal sobre mis sentidos, todo se afina para intentar encontrar una salida, palpas a derecha e izquierda, hacia arriba y hacia abajo, buscas en la pared algo a lo que asirte o incluso algo que pueda ceder y que permita que la oscuridad remita. Avanzas paso a paso, torpemente, con miedo a tropezar, sin saber si hay objetos en el suelo o algo a media altura que ponga en peligro tu integridad física... y cuando más negro lo ves todo, cuando la ceguera te trae loco, de repente, el quicio de una puerta, la cual dabas por inexistente ya a estas alturas, se abre lo suficiente para arrojar un pequeño haz de luz... Ignoro si son visiones, si mi cerebro desesperado proyecta esa ilusión y la transmite a mis sentidos, o si es real, si es lo que llevaba todo este tiempo confiando en ver, esa pequeña luz, que ilumina mi ánimo y sosiega mi corazón (aunque palpita más urgentemente que antes debido a la emoción).

Tras muchos tropiezos, tras multitud de intentos por arrancar las paredes que conforman este largo, estrecho y sinuoso pasillo, por fin, esa mínima partícula luminosa devuelve la sonrisa a mi rostro, aunque lejana e incierta es lo suficientemente real como para confiar nuevamente que el camino ingrato recorrido puede finalizar de la mejor de las maneras."

Ya hemos hablado aquí de la motivación, de las ilusiones, de la esperanza, de los factores que son parte ineludible de un buen Camino, de la necesidad de que se den todos ellos para sobrellevar la dureza y las pruebas que iremos encontrando en el recorrido... siempre, siempre, tras las nubes está el sol, tras la noche llega el día... ignoro si serán el sol y el día que anhelo, pero serán un sol y un día que aparecerán ante mis ojos. Ignoro cuanto pasará hasta que alcance la puerta, hasta que se abra más y deje pasar más luz. Lo que si sé es que avanzaré paso a paso hacia ella, al ritmo necesario para que no se escape pero con el ansia de escapar del frío de la oscuridad y lanzarme en sus brazos y perderme, ahora sí, para siempre entre ellos.


domingo, 21 de julio de 2013

Sí se puede... ""Querer" es poder"

¿Cómo de liberadora puede ser la verdad?
Encontrarse con ella de frente, cara a cara es una experiencia gratificante y repito, liberadora.

Fortaleza de la Soledad

Al igual que Supermán, que en su "Fortaleza de la Soledad" se recuperaba de sus heridas o se encontraba con la presencia de su padre Jor-El, y atendía a sus enseñanzas y consejos, yo también  poseo mi propia "Fortaleza de la Soledad", mi lugar de encuentro con lo trascendental, con lo espiritual, con lo divino... un lugar que me enseña, de mano de la naturaleza, la dimensión de nuestra presencia, de nuestra propia existencia, de lo limitada que es, enseñanzas de lo finito de todo, pues nada es para siempre.

Encontrarme hoy conmigo mismo en la soledad, tras cinco días muy malos, muchísimo, ha resultado fructífero.

Mar de nubes sobre La Orotava, y La Palma al fondo. by A.

Subiendo con mi coche, descubro la primera de las enseñanzas... Tras las nubes, siempre está el sol. Por muy oscuro que parezca todo, siempre, siempre sale el sol, está ahí presente aunque no lo veamos. 
Quizás, como hoy, fue necesario subir un poco, tomar distancia del bullicio, de la rutina, de los problemas, y ahí aparecerá, radiante, iluminador... 

Las vistas del lugar donde vivo son un gran regalo, una gran enseñanza.



Los últimos días, las casualidades han asomado su cabeza, y han hecho de las suyas... en la tele una peli, "Al final del camino", donde cuenta la experiencia xacobea de un fotógrafo y una periodista que se odian, pero que se hacen pasar por pareja para realizar un reportaje sobre un gurú que resuelve los problemas de parejas haciendo el Camino de Santiago, durante los seis días de peregrinación se ven envueltos en todo tipo de situaciones absurdas, delirantes, románticas... y hasta el final del camino, todo puede suceder.
Conclusión a la que llegué viendo la peli: el Camino une, y une para siempre. Une los corazones de las parejas, une la amistad de los amigos... une para siempre (jamás olvidarás con quien fuiste al Camino de Santiago, yo garantizo que nunca lo haré)

Hoy, unos CD,s de Andrea Bocelli, desaparecidos en una esquina de un armario, en el que rebusqué sin motivo alguno. Los puse en el reproductor de mi coche y su música, de corte romántico hacía de banda sonora de mi escapada de hoy. No entiendo nada de italiano, y conduciendo absorto en mis pensamientos, una letra se cuela en mi hilo mental... "Se la gente usasse il cuore" - "Si la gente usase el corazón" -- Tuve que escucharla varias veces.

"Si la gente usase el corazón para decidir simplemente lo que está bien y lo que no, sentirás que todos somos más felices"


El bien, la felicidad... todo se puede resumir en eso, en hacer lo correcto para ser felices.

La soledad, el silencio musical, la naturaleza... todo me habló con una claridad que asusta. Supe en ese instante que la había amado, que la amaba, que la había querido más de lo que ella misma era capaz de creer, lo supe, y eso me liberó. 

Nadie es de nadie, el amor que le tengo me obliga a dejarla que decida, que tome su Camino, y aunque deseo que sea el mismo que el mío, entiendo que quiera coger otro, que busque su felicidad, porque, aunque la quiera con locura igual no basta para hacerla feliz. 
Duele reconocer esa gran verdad, pero es liberadora. Te quiero, te amo, sé libre de elegir, sé feliz... al fin y al cabo eso es lo que se le desea a los que amamos, que alcancen la felicidad, aunque no sea con nosotros.
Teide y Roques de García - by A.

Puede ser, que usando el corazón decida que lo que está bien sea amarla en la distancia, sin estar cerca, deseando profundamente que alcance sus metas, logre sus objetivos, alcance la felicidad anhelada. Al fin y al cabo, el sol siempre estará ahí, y en la presencia de la inmensidad del Teide, con el Valle de Ucanca a mis pies he visto que somos finitos, que el tiempo pasa y cada día no aprovechado es un día perdido. 

Mentiría si no dijera que me duele, me libera, sí, pero es doloroso, sobre todo para el orgullo, pero nunca se sabe, ""querer" (de amar) es poder". Y yo creo que sí se puede... ahora ya no depende de mi, me he liberado amando, sabiendo qué lugar ocupa ella en mi corazón y eso, como la compañía del Camino de Santiago, nunca se olvida.

¿Amar o depender? (Título de un libro de Walter Riso) --Yo decido amar, decido amarte. Quiero que mi amor por ella (por ti - si llegas a leer esto) sea una "experiencia plena y saludable".

PD. Sí se puede...




jueves, 18 de julio de 2013

Antes del Camino



La idea al finalizar el camino Xacobeo era volver a hacerlo a lo largo de este año, repetir la experiencia pero por una ruta diferente... fue parte de la promesa al Apóstol Santiago y parte del compromiso personal adoptado tras la gran experiencia que supuso, tanto a nivel emocional como espiritual.



El resumen de la peregrinación ya ha quedado reflejado en alguna de las publicaciones de este blog, que ha servido también en este tiempo de una especie de agenda emocional de lo acontecido desde entonces. Muchas vicisitudes, muchos momentos difíciles, situaciones inesperadas, decisiones erróneas, orgullos heridos, amores perdidos... Son múltiples los aspectos que el Peregrino Vital experimenta en este tiempo post-peregrinación.

by AyA


Planteando el nuevo proyecto, ahora me temo que en solitario, me planteo cuáles son los requisitos antes de volver a hacer el Camino, y en la línea metafórica de este blog, también me planteo, dadas las últimas noticias que han modificado mi conducta y actitud de estos dos últimos días, los requisitos que hay que tener para retomar un nuevo Camino vital o volver a la senda de uno ya recorrido.

Nuevo Camino: Lo principal y evidente es estar en forma. Iniciar una nueva andadura con llagas del Camino anterior no es para nada recomendable. Iniciar un nuevo Camino, disfrutarlo, conocerlo a fondo, recorrerlo sin presión, sin prisas requiere inexorablemente estar libre de heridas, de cargas que lo hagan insufrible y por lo tanto se convierta en una mala experiencia. 
Empezar un nuevo proyecto de vida, un nuevo Camino, por lo tanto, requiere que estemos sanos en todos los aspectos, con las heridas cerradas y el ánimo renovado. 

Físicamente mi dedo meñique me enseñó que una herida puede hacer, de lo que a priori debe ser una gran experiencia, algo doloroso y que impide disfrutarla al 100%.

No inicies Caminos si hay heridas sin curar.

Una nueva experiencia siempre estará llena de emoción, de sorpresas, de dificultades, por qué no, pero sobre todo es un mundo nuevo que descubrimos a cada paso, que nos sorprende y reconforta en el caso de que sea agradable lo que nos encontramos, o que genere rechazo en caso de no serlo, pero al fin y al cabo será una nueva experiencia, que se sumará a nuestra bagaje como seres. humanos


Repetir Camino: Es evidente lo que sucede cuando tomamos por la misma ruta una segunda vez... todo nos suena, no hay nada nuevo, y aunque haya pasado el tiempo, la esencia de ese Camino permanece, pueden haber modificaciones, vegetación de menos, edificaciones de más, "arreglos de cara", y alguna que otra pequeña sorpresa, pero repetir un trayecto ya recorrido carece de emoción y de ilusión, a no ser claro, que la experiencia anterior al haberlo recorrido lo haga apetecible por segunda vez. Y ya no te digo si ese Camino lo retomamos en malas condiciones, con las heridas antes nombradas, abiertas.

La aventura peregrina implica asumir los riesgos y los retos que el Camino nos plantea, ya sea nuevo o repetido, personalmente y por experiencia prefiero ir descubriendo nuevos caminos o terminar de explorar y explotar el iniciado (acabar en Finisterre es una opción - aunque sigo en terminología metafórica).

Una vez repetí un mismo Camino, y a cada paso que daba me daba cuenta que por ahí ya había pasado, y en consecuencia, con cada paso, perdía la ilusión y la esperanza de lograr un resultado mejor que el logrado la primera vez... evidentemente dejé ese Camino y busqué otros.

Existe un símbolo que en cierta manera refleja todo esto que cuento, y como no, es de origen celta, el Trisquel:





Según la cultura celta, el trisquel representa la evolución y el crecimiento. Representa el equilibrio entre cuerpo, mente y espíritu. Manifiesta el principio y el fin, la eterna evolución y el aprendizaje perpetuo. Entre los druidas simbolizaba el aprendizaje, y la trinidad Pasado,Presente y Futuro.


Los Caminos que emprendamos deben ser fuente de esto que el Trisquel representa, evolución y crecimiento, encontrar el equilibrio trinitario, entre el cuerpo, la mente y el espíritu. Nos debe servir también para aprender, y no para repetir actitudes o experiencias, que como ya he dicho, en el caso de repetir Camino no serán del todo satisfactorias.

Evidentemente todo esto lo expreso desde mi propia experiencia personal de estos 37 años, y está claro que no todos opinareis igual, aún así, hecho mano de un conocido refrán: "segundas parte nunca fueron buenas" (salvo algunas excepciones en el mundo del cine sobre todo).

En definitiva... antes del Camino, ponte en forma, con heridas lo pasarás mal.


miércoles, 17 de julio de 2013

El derecho a equivocarse

Las malas noticias nunca viajan solas, y tras una mala noche, con visita a urgencias incluida, y para rematar los acontecimientos de este 2013, el jarro de agua fría cae sobre mi de manera fulminante, cual rayo durante la tormenta que alcanza al árbol de la esperanza.

"Todos nos equivocamos, y eso puede hacernos sentir atormentados y paralizados. Reconocer nuestros errores es la mejor manera de sentirnos libres, y a la vez, aprender."

Yo he errado, muchas veces en mi vida además. De algunos errores soy más consciente que de otros,  y por tanto, de algunos me he arrepentido más que de otros. Quizás muchos errores inconscientes no los he sabido descubrir o ver claramente, o tampoco me los han hecho ver. 
Errar es humano... Perdonar, divino.

Por eso pido perdón por mis errores, por mis múltiples equivocaciones, por mi obstinada estupidez en muchas ocasiones, y por mi orgullo ciego.



La vida está llena de pérdidas y de ganancias, una vez más retomamos la dualidad que todo lo abarca, héroes y villanos, ángeles y demonios, razón y corazón, amor y desamor... Hoy, o quizás hace meses ya, ha tocado perder, la esperanza se torna gris, los miedos han vencido, los errores pasan factura. En las relaciones el miedo es el principal verdugo, lo acabo de descubrir ahora mismo, a las 22:43 de hoy martes 16 de julio de este, ya maldito, 2013.

La Sultana Aixa, tras la entrega de las llaves de la ciudad de Granada a los cristianos por parte de Boabdil, se dirigió a él en lo siguientes términos... "llora como mujer lo que no supiste defender como un hombre".

Toca aplicárselo, ya que no defendí con valentía lo que quería, no luché con todo por recuperar lo perdido, no me esmeré más en reparar el daño ocasionado... quizás confié en exceso en que el corazón y mis escritos guiarían al universo para mostrarme la señal que esperaba para no sufrir un rechazo, para no enfrentarme cara a cara a los errores. El mayor de ellos... la cobardía... culpable!!!

Ya comenté anteriormente que corazón y cabeza se enfrentaban constantemente en una lucha por imponerse, en una dura batalla donde, en mi caso, considero que debe ser el corazón el que venza. No puedo ir contra eso, no puedo auto-convencerme de qué es lo que siento por alquien por meros razonamientos cognitivos. Dios puso los sentimientos para algo, Dios pone a las personas en nuestro Camino por alguna razón, que aunque pueda parecer dolorosa, no deja de tener su sentido.

Supe en un instante concreto, que ella estaba allí por algo, para algo... y lo supe nítidamente, fue como una gran proyección delante de mis ojos, donde el corazón dió un brinco y lo supe. Al menos yo.... Dios la había puesto en mi Camino, y solo un necio no cuida los regalos de Dios.


 

"... y el miedo que, durante meses incomodaba mis sueños, tomó forma, y sus manos se aferraron a mi cuello sin dejarme respirar, sin permitirme queja, sin tolerar que lo que mi corazón guardaba, saliera a gritos... Te quiero!!!! Pero el miedo venció..."

lunes, 15 de julio de 2013

Buenos días, princesa!!


"Buenos días, princesa! He soñado toda la noche contigo... sólo pienso en ti, princesa. Pienso siempre en tí."




Escena llena de emoción esta de La Vida es Bella, de Roberto Benigni, "una historia sencilla, aunque no es fácil contarla. Como en una fábula, hay dolor, y como en una fábula, está llena de maravillas y de felicidad".

Las adversidades del Camino se afrontan con valentía, optimismo y con la clara inspiración, motivación y fuerza que sólo el amor es capaz de proporcionarnos. 

Las grandes historias, las míticas epopeyas surgen del amor. Y como bien introduce la película La Vida es Bella, la historia, aunque sencilla, no está exenta de dolor. Es una contradicción que el amor lleve emparejado el término dolor, es algo que no se comprende, o al menos algo que no debiera darse. Pero inexplicablemente lo acompaña, de la misma manera que la noche sigue al día.

Amar a alguien no debería suponer ningún tipo de dolor, todo lo contrario, debería ser un Camino lleno de bondades, de grandes momentos, de felicidad... Eso sí, nada es fácil en esta vida. Y como ya hemos ido reflexionando aquí, la vida y el caminar tienen grandes similitudes, y como todo buen caminante sabe, el Camino tiene sus altibajos, y por lo tanto sus buenos y malos momentos.

Pero al igual que la noche sigue al día, el día vuelve a vencer la oscuridad, y al alba, venceré, tras soñar contigo, y volveré a gritar... "Buenos días, princesa!"



¡Nadie duerma! ¡Nadie duerma!
Tampoco tú, oh Princesa,
en tu frío cuarto 
miras las estrellas 
que tiemblan de amor y de esperanza... 
¡Pero mi misterio está encerrado en mí, 
mi nombre nadie sabrá! 
sólo cuando la luz brille 
(Puccini:No, no sobre tu boca lo diré,) 
Sobre tu boca lo diré temblando 
(Puccini: ¡cuando la luz brille!) 
Y mi beso romperá el silencio 
que te hace mía. 

Su nombre nadie sabrá... 
¡Y nosotros, ay, deberemos, morir, morir! 

¡Disípate, oh noche! ¡Tramontad, estrellas! ¡Tramontad, estrellas! 
¡Al alba venceré! 
¡Venceré! Venceré!






martes, 9 de julio de 2013

De ángel a demonio

Proteger... esa es la función que tienen asignada los ángeles. Seres inmateriales, mensajeros divinos de gran pureza.


La presencia de ángeles entre nosotros, inmateriales o no, nos predispone a aceptar que de una forma u otra estamos protegidos, o al menos eso queremos creer, y como bien sabemos, la fe es profundamente personal y subjetiva.

¿En cuántas ocasiones hemos sentido esa  presencia protectora?  

Los ángeles están presentes en multitud de aspectos que nos rodean a diario, artísticos la mayoría de ellos. Creemos que algunas personas que forman parte de nuestra vida asumen ese rol de ángel de la guarda, de ángel custodio, de protector. Confíamos en ellos, abrazamos la idea que transmiten y sentimos el calor de sus alas sobre nosotros, ganamos confianza y por lo tanto nos sentimos seguros.

¿A quién no le gustaría tener su propio ángel custodio?

Lo que es un hecho incontestable es que todo tiene su contraposición, todo tiene sus dos lados, y en el caso de los ángeles existe la del ángel caído, desobediente, rebelde, expulsado de la tutela divina... génesis de los demonios. 





La soberbia hizo que Lucifer, portador de la luz, descendiera a los infiernos y se convirtiera en Satanás.

Caer es fácil, pasar de Ángel a Demonio por nuestras debilidades o errores no es tan difícil.

Cruzar la línea del bien y del mal puede ser lo más sencillo del mundo, pasar de héroe a villano puede ser cuestión de un momento de debilidad. 

En nuestro Camino no es sencillo dar con personas que ejerzan de ángeles custodios, personas en las que confiar y con quienes sentirnos protegidos.  Encontrarlas es todo un lujo, una bendición. 

De la misma manera, hemos de estar prevenidos porque los demonios también acechan, se abalanzan sobre nosotros o incluso salen de nosotros mismos, y esos, sin duda alguna, son los peores demonios que podemos encontrarnos, los propios, los que nos atormentan en nuestra soledad, los que nos hacen no ser tan buenos como quisiéramos, los que hacen que el orgullo, la soberbia, el odio y el rencor, no nos dejen avanzar, impiden que alcancemos nuestras metas.

Vencer a los demonios, sacar nuestro ángel, sentirnos protegidos, pero a la vez ser capaces de proteger, de cuidar, de vencer al lado oscuro que todos, sin excepción tenemos, esa debe ser la aspiración... volver a ser un ángel, tu ángel.



sábado, 6 de julio de 2013

Empezar


Mientras las campanas de la iglesia indican la temprana hora, yo ya llevo casi una hora despierto. Extrañamente he dormido 6 horas seguidas, y el intervalo de 4 a 6 de la madrugada esta noche lo he podido dormir, pues ya es habitual estar despierto a esas horas, el insomnio me vence de forma automática y me visita de forma terriblemente puntual.

Las cuestiones económicas siguen girando y girando, manteniendo despierta mi preocupación, ideando formas de conseguir avanzar un día más, y ahora en verano me temo que la situación volverá a tornarse complicada, y eso que acometimos cambios radicales hace casi un año, a mi regreso de la experiencia peregrina.

La verdad es que las cosas han cambiado en algunos aspectos, y no por falta de voluntad, las circunstancias han ido venciendo. Sinceramente, mirándolo hoy, no se si estoy en mejor o peor situación que hace un año.

Recuerdo un día en una terraza del sur de la isla, reflexionando sobre esto mismo, pensando en la necesidad de aplicar de una vez por todas cambios profundos en mi vida. En mi primer artículo de este blog lo rememoro. Y ahora, revisándolo, solo pocas cosas han cambiado.

Para empezar sigo sin encontrar mi capacidad de decidir valientemente sobre aspectos que supongan un cambio muy radical en mi día a día. Me siento responsable de muchos, me siento en compromiso con algunos aspectos de los que no puedo renegar. Esa obligatoriedad la pueden confundir con comodidad, ese compromiso con mis obligaciones personales y profesionales la pueden mal entender como que estoy en una situación acomodada. Que es más fácil estar así, al abrigo, que tomar la determinación de cambiarlo.

No se si logro expresarme claramente... explicarlo más en detalle sería revelar aspectos más personales e íntimos que no hay necesidad de exponer en estos medios. La idea central de todo esto es que no estoy acomodado, aunque lo parezca, es que me siento responsable y obligado para con esas responsabilidades, y que no soy ningún vividor. Quizás han confundido o no conocen las motivaciones y razones de decisiones que tomé en el pasado, y eso ha podido crear un prejuicio sobre quien soy realmente. Prejuzgar o juzgar sin estar en posesión de toda la información, o sin contrastarla, suele ser uno de nuestros peores errores.

Pragmatismo no está reñido con los sentimientos. Si mi corazón me dicta una cosa de forma clara, he de ser consecuente con él, no puedo ir en contra de lo que siento, pues al fin y al cabo, siempre viviré conmigo mismo y con las consecuencias de mis decisiones. Cada vez que decidimos algo, esa decisión lleva implícitas cosas buenas y otras no tanto, pero esas últimas son más llevaderas y se asumen mejor porque la decisión que la ocasionó fue hecha desde el corazón.

A ti, que de forma consciente, o por puro azar lees estas líneas, te invito a que pienses si las decisiones que tomas en tu vida son tomadas desde el corazón o no. Cierto que todo precisa de un razonamiento, de un estudio y de aplicar una balanza que nos ayude a decidir, pero en ocasiones, quizás, nos autoconvencemos de que la razón ha de prevalecer sobre el corazón, y cuando eso ocurre, se produce una dura batalla entre ambas.

Todo es empezar.... empezar de nuevo a tomar decisiones que estén en consonancia con lo que sentimos, que nos acerquen a lo que deseamos y que, como objetivo fundamental tienen el alcanzar la felicidad, esa meta que cada uno se propone alcanzar en su Camino.