viernes, 16 de agosto de 2013

Lo que viene tras la caída del telón

Me encantan las pelis que acaban bien, ¿a quién no?

Pero siempre he tenido curiosidad por saber qué pasa una vez el héroe salva al mundo, o el chico consigue a la chica... Tras todo lo que acontece durante el núcleo de la película, lo que conforma la trama, se suceden multitud de sucesos que van propiciando que nuestro héroe o nuestro galán, logre, tras dos horas de metraje, su premio o su objetivo.

Salvamos el mundo, sí. Conseguimos a la chica, sí. Pero... ¿y ahora?

Lo que viene tras la caída del telón siempre supone un reto a la imaginación del espectador, es obvio que consideramos que todo será hermoso e idílico. Pero, en el caso de una película de héroes, lo primero que se me ocurre es todo el trabajo que hay que hacer para reconstruir esas ciudades destruidas, arrasadas por algún malhechor.

En la vida pasa algo similar, pero el telón no cae, las escenas se siguen sucediendo, y el "the end", con música de ensueño, y el "fueron felices y comieron perdices" nos llevan irremediablemente a la siguiente escena.

by A - "Nunca una noche ha vencido a un amanecer"

Una vez alcanzado el primer punto de nuestro Camino, una vez resueltos estos primeros escollos, una vez puestas tiritas y betadine en las heridas, es preciso levantarse, cogerse de la mano, mirar al frente y seguir avanzando. El Camino no acaba al conseguir a la chica, todo lo contrario, empieza una nueva andadura, con la experiencia adquirida, con las ideas claras, con las esperanzas intactas pero reforzadas, la confianza en que ha triunfado el corazón y que hay que poner esfuerzo, confianza, diálogo, respeto, sinceridad, para que el Camino, con sus subidas y bajadas, sea más llevadero, que no consiga distanciarnos nuevamente y que juntos vayamos alcanzando los albergues, los ríos, los lugares que perdurarán en nuestra memoria como muchos ya lo hacen.

Lo que viene tras el telón es el Camino a la Felicidad.

Por eso, sigo escribiendo, comentaré lo que juntos filosofemos o reflexionemos, pensaré en voz alta para seguir recordando que la armadura no me dejaba avanzar libremente, y que expresar lo que siento no hace daño ni es motivo de vergüenza, y como diría un niño, "si no te gusta... no mires".

Nuevos proyectos, nuevas ilusiones, nuevas metas... Todas contigo. Gracias.

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