sábado, 23 de septiembre de 2017

23 octubre



Fue en el "chino pizzero", compartiendo una pizza. Un 23 de octubre, sí.
Algo sucedió, algo se removió en mi pecho durante un instante, pero fue algo totalmente increíble, inesperado y hermoso. 
No sabría explicar qué fue lo que lo motivó u originó, simplemente sucedió.
Allí estábamos, dos completos desconocidos, primera vez que nos veíamos en Las Galletas, tras haber quedado para un café, que se prolongó en una cena en un lugar que luego se hizo recurrente. 
Y a cada minuto que pasaba, menos ganas de que el tiempo pasara tenía. 
No recuerdo temas de conversación, pero sí recuerdo que no quería que acabase esa tarde. 
Fue un flash, un instante, una descarga rápida y directa, de la que fui totalmente consciente, donde mi cabeza reconoció que había perdido el corazón, donde tuve que reprimir el impulso de besarte... creo que fue en ese momento cuando me puse realmente nervioso y ya no pude seguir cenando, y los restos de pizza acabaron en mi coche en su correspondiente envoltorio.
No podía irme sin rozar tus labios, y previa disculpa, no pude evitar acercarme a ti y besarte, besarnos... por siempre guardo ese instante en mi memoria, ese 23 de octubre donde entregué mi corazón para siempre.